Escuela española; s. XVII.

Escuela española; siglo XVII.
“San Serapio”.
Óleo sobre lienzo.
Presenta faltas en la superficie pictórica.
Medidas: 73 x 60 cm; 86 x 73 cm (marco).
La pieza representa el mismo momento que la pintura de San Serapio creada por Zurbarán y que se encuentra en la colección de Wadsworth Atheneum, Harford (Estados Unidos). Aunque en este caso concreto el santo es retratado en el exterior, dejando así el autor entrever un paisaje dominado por el cielo azul. Además, en esta obra en concreto la escena se enriquece con la presencia de un ángel que trata de coronar a san Serario, portando la corona de laurel y una palma de martirio. En la escena se puede esbozar la cruz en aspa donde fue martirizado, aunque el gesto apacible del rostro no revela rastro de dolor sino de pesadumbre y aceptación de su destino. Estéticamente la obra presenta una gran precisión del dibujo a través del cual, el autor esculpe y modela el cuerpo con una gran rotundidad y monumentalidad. Las manos y los pliegos de la túnica parecen poseer la tridimensionalidad y presencia espacial de una escultura, mientras que el rostro es ligeramente más delicado. En cuanto al color cabe destacar el blanco que sigue claramente la inspiración del maestro Zurbarán, mientras que la tonalidad azul del fondo indica ciertas reminiscencias a la paleta tan característica de la escuela flamenca.
San Serapio (1179 - 1240) fue un sacerdote y mártir mercedario católico inglés y el primero de su Orden en merecer la palma del martirio al ser crucificado y descuartizado. Se ha dicho que sirvió en los ejércitos de Ricardo Corazón de León y Leopoldo VI durante la época de las Cruzadas. Participó en la Reconquista mientras servía en las fuerzas armadas para Alfonso VIII de Castilla o Alfonso IX de León. Conoció a Pedro Nolasco en Barcelona y se convirtió en miembro profeso de los mercedarios en 1222. El objetivo de los mercedarios era liberar a los cautivos cristianos retenidos en los estados musulmanes. Fue destinado a reclutar para la orden en Inglaterra, pero unos piratas asediaron el barco y le dieron por muerto. Sobrevivió y fue a Londres a predicar, lo que le trajo problemas y le ordenaron abandonar la ciudad. Existen varios relatos sobre su muerte. Según un relato, fue golpeado, clavado en una cruz en forma de X y descuartizado por piratas franceses en Marsella. El relato más fidedigno procede de los primeros anales de los mercedarios: "Capturado en Escocia por piratas ingleses, Serapión fue atado de pies y manos a dos postes, y luego golpeado, desmembrado y destripado. Finalmente, le cortaron parte del cuello, dejando que su cabeza colgara.