DESCRIPCIÓN
Escuela italiana. Italia Central, siglo XVI.
"Virgen con el Niño".
Relieve en cartapesta, policromado.
Buen estado de conservación.
Medidas: 77 x 60 x 4 cm.
Espléndido altorrelieve renacentista en cartapesta que representa con gran delicadeza y atención por el detalle a la Virgen con el Niño Jesús. Sigue el modelo de la Virgen de la Leche o Virgen Nutricia, mostrando el pecho descubierto para amamantar al pequeño. Éste toma en su mano izquierda el orbe y sobre su torso desnudo pende un collar dorado, del mismo color que el nimbo y el paño de pureza. Las piernecitas han sido diestramente torneadas. La Virgen, de rasgos idelaizados y armónicos, ladea su cabeza en un gesto de ternura. La túnica azul ha sido drapeada en lenguaje naturalista, cayendo en hondos y logrados pliegues. El relieve procede del centro de Italia, probablemente de la Toscana, donde las Madonnas en cartapesta conocen una importante tradición artística.
El término cartapesta es oriundo de Italia. Se denomina asi a la técnica de utilizar trozos de papel cortados a mano que se pegan en varias capas a un molde previamente conformado y elaborar así la escultura. Para pegar el papel generalmente se usaba engrudo. Podría considerarse una variante del cartón-piedra.
El tema de la Virgen de la Leche es una advocación y una iconografía de la Virgen María en la que se la representa en el acto de amamantar al Niño Jesús o con el pecho descubierto. Esta representación ha tenido diversos desarrollos en el arte sacro, como lo es la pintura, la escultura y la particular iconografía de la Iglesia Ortodoxa. La representación de la Virgen amamantando al niño Jesús es mencionada por el papa Gregorio Magno, un mosaico con esta representación que probablemente data del siglo XII se encuentra en la fachada de la Basílica de Santa María in Trastevere, aunque unos otros cuantos ejemplos de la temprana Edad Media aún sobreviven. Se considera que esta advocación puede ser un sincretismo de las diosas-madre, en particular de la diosa Isis amamantando a Horus y, probablemente las primeras imágenes aparecieron en el arte copto. La Gruta de la Leche es un lugar en Belén, muy cercano a la Basílica de la Natividad, donde la tradición dice que la Virgen amamantó al Niño, y una gota se derramó sobre una roca, que cambió su color, haciéndose blanca. Debido a esto, piedras de la gruta (formadas de carbonato de calcio), eran consideradas reliquia en los primeros siglos pues, al diluirlas en agua, ésta tomaba aspecto de leche. El santuario levantado en este lugar es utilizado por las mujeres que piden a la Virgen les mejore la calidad de su leche materna. Un tema dentro de la hagiografía cristiana vinculado a la Virgen lactante es el de Lactatio Bernardi, según el cual la virgen se le apareció en sueños a un monje y, al darle de su leche, le otorgó algún don milagroso.